sábado, 26 de julio de 2014

Día 4: el desamor en la toscana


Todo comenzó una agradable mañana de verano, el día amanecía tranquilo, era el último día de Josh, el chico de Liverpool, y Brooke quería regalarle una cena de despedida (que entre él y yo prepararíamos, curry y tortilla de patatas). 

La mañana transcurría con normalidad, cereales con leche para desayunar, peleas con los gatos que acechan tu comida, y profundas conversaciones sobre un poco de nada (el pan de cada vaya, bueno pan si alguna vez tuviéramos pan otro material preciado). Una vez desayunados y cagados, nos disponemos a recoger lo que queda de la cocina, digo lo que queda porque en algún momento de su larga vida, eso fue una cocina, ahora ya solo quedan sus restos.

En este capítulo de mi viaje es muy interesante destacar la falta de comunicación de las cosas mal o poco explicadas. La mañana, se transformaba en tarde y la tarde se hacía larga porque eran las tres y no habíamos comido (además nadie decía esta boca es mía, o lo que es lo mismo nada sobe la comida). Mientras esperábamos deambulando como zombis en busca de nuestra presa, Josh y yo manteníamos intelectuales conversaciones sobre cine (emoticono con gafas de sol un poco hipster), es muy interesante conversar con alguien de otra cultura que tiene un punto de vista diferente por su procedencia.





Después de mucho parlamentar, llegan "libzzy" y el original stalker (Matia)  y salimos dirección a Barga, por fin vamos a comer, pero no una comida cualquiera, no, un helado.... (si, mi comida iba a ser un helado. por suerte había desayunado fuerte mi plato de cereales y leche). Una vez en la heladería disfruto sentado bajo el sol de la toscana (como película en la que se dice su titulo) mi heladito de stracciatella y banana, mi estomago furiosos quiere comida de verdad.

Cuando nos acabamos los helados y después de ver como una mujer se tapa con una bandera medio cuerpo desnudo para entrar en la iglesia, nos vamos de la terraza del bar/heladería. Tambaleándome, casi sin fuerzas en las piernas, logro mantener el equilibrio con ayuda de las manos y las duras paredes, al borde del colapso sigo desde la lejanía y solo con la mirada borrosa al grupo. Las piernas me fallan, en un falso movimiento caigo al suelo y me arrastro cual soldado bajo el alambre de pinchos,  mientras las balas cortan el aire, cuando alcanzo a la compañía propongo una nueva estrategia, ir a un bar y comer algo. Misteriosamente todos aceptan alegremente, es en ese momento en el que te haces la pregunta, ¿si tenéis hambre porque coño no lo decís fuckers?

En el nuevo Bar el sol se vuelve matador mientras esperamos nuestra tabla de embutidos y vinos. Disfrutamos de una bonita una terraza (con un toque del más puro estilo italiano) justo en frente del restaurante donde cenamos la noche anterior. Cuando por fin llega la tabla de embutidos, el que prefiere hablar antes que comer es Josh, los demás comemos (una vez más me pregunto porque no dijeron nada si tenían tanta hambre).

A pocos minutos de acabar la tabla de embutidos llegan "libzzy" y Matia que habían ido a por un vestido de ella para la noche. La conversación entre italiano, castellano e ingles se ameniza, finalmente decidimos marcharnos y no por falta de coherencia en el discurso, sino porque es jodidamente tarde y aun tenemos que finiquitar preparativos para la cena.

Una vez en la casa Matia trae una botella de 5 litros de vino (por lo menos). Mientras, cocinamos, (yo la tortilla nueva aliada para sobrevivir a una sartén que no la deja escapar de sus garras, si se pega mientras tanto Josh hace curry), el vino tinto, mide los minutos con sus centilitros desaparecidos, al acabar la cena y tras mucho brindar, la botella casi a tocado su fin, debemos irnos.

Al llegar a Barga trazamos un recorrido que ya conocía de la otra noche, primero unas birras en el bar del otro día (donde estaba el tío anti músicos y poetas), después un paseo por las antiguas calles del pueblo y finalmente llegamos al parque/bar donde la gente que la noche anterior se agolpaba, ha desaparecido (seguro que es por educación para dejarnos sitios y no porque sea muy cutre). Poco a poco me doy cuenta que no hay mucho que hacer en el pueblo. Creo que no soy el único que se ha dado cuenta, el resto de habitantes también lo sabe, quizás por eso beban tanto vino.
Entre vinos y risas Anna lleva toda la noche hablando con Noa (un chico de provecho que habla 3 idiomas y se llama a si mismo músico). Las chispas saltan con cada mirada, lastima que Anna tiene algo así como un novio (y eso que lleva solo dos semanas aquí, a eso lo llamo no perder el tiempo, joder). 

Esta es la parte a la que hace referencia mi título, con Anna siendo cortejada por Noa y a punto de ser rematada, aparece su gran amor italiano Lorenzo, sorpresa. (Me encanta jugar con este suspense). El chico saluda, (es la quinta vez que lo veo y aun no me había dado la mano ni una puta vez, en esta ocasión le enseño un poco de educación al chico de 32 años).  La situación se vuelve muy incomoda con Anna y el artista, Lorenzo que (creo que no es tonto o al menos muy tonto) lo ve y se marcha. En nuestra mesa la cosas sigue igual hasta que Matia dice de irnos (es el conductor, hay que hacerle caso).

Cuando nos levantamos de la mesa, Anna se va con Lorenzo a despedirse supongo, después de 10 minutos Matia le informa de nuestra situación (hola te estamos esperando vienes o k ase). Esa fue la última vez que la vimos.....hasta la tarde siguiente (je,je) al parecer suponía mal y o bien la despedida se convirtió en un me quedo o bien estaban hablando de cómo quedarse.

En el coche de vuelta a casa, "Libzy" y Josh se dan el lote, yo miro por la ventana, es mejor que mirarlos a ellos (demasiado empalagoso). En el vehículo también nos acompaña el desconocido (para mi) hermano de Matia. Cuando llegamos "Libzy" y Josh salen corriendo del coche como si fuera el fin del mundo, parece ser que para consumar su amor infinito en la última noche del Británico. Al entrar por la puerta, me dirijo a la nevera, como un poco de embutido y después de pocos minutos entra Matia preguntando por "Libzy", la que baja casi invocada, parece ser que la despedida fue mas rápida de lo esperado...

Mientras tanto Noa supongo que compone canciones desconsolado con el corazón roto mientras Anna pasa la noche con Lorenzo y yo como jamón del bueno antes de irme a dormir mientras que Matia hace de taxista (eternamente agradecido por llevarnos, dejarnos, movernos y traernos) y lleva a la enamorada (o más bien enchochada "Libzzy")  a su casa.

Os invito a ver más fotos en mi instagram (solo si estáis aburridos claro ): vader_09

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