El día amanece
soleado (por fin), durante la mañana tomamos unos cereales (a la luz del sol) y
unas palabras muy sencillas de sueco (quiero decir sencillas porque en
comparación con lo visto hasta ahora es jodido). Aprendo unos pocos numeros y
un par de frases que posiblemente utilice algún día si aprendo sueco claro
(jeje).
Sobre este chico
tengo muchas teorías, nadie lo define como Stalker, pero es el segundo día que
ronda por la casa con la excusa de la música. Alrededor de este, creo que
Brooke tiene una obsesión; no para de repasar su árbol genealógico y no se
cansa de repetir que su padre es italiano, su madre es Americana y todos sus
hermanos menos él son genios. Por fortuna, según la opinión de Brooke, le queda
la música (si estuviera en su lugar querría prescindir de la música por ser un
genio).
Mientras comemos,
hablan sobre su próximo y esperado álbum (en la MTV ya se frotan las manos).
Cuando acabamos de comer y comienzo a hacer el café aparece Mattia y unos
amigos de Noa (los había citado en casa Brooke). Acabamos siendo como 8
personas al rededor de la mesa escuchando las maravillosas canciones de Noa
(intento no sonar ironico pero a veces es muy difícil). En un momento de despiste
me escapo y me relajo un poco lejos de la música y los desajustes tonales (si,
ya lo dice a veces desafina). Creo que fue entra la llega de los amigos y mi
escapada cuando Brooke se comió medio pepino a bocados (esa fue su comida).
Entre los visitantes
nuevos, hay dos en concreto que me gustaría destacar, uno porque se llama Dani,
y en una ocasión visitó Barcelona (que además le gustó) además estuvo en San Sebastian,
y me pregunto el porque del toro de Osborne cerca del desierto de los Monegros
(lo vio cuando iba dirección Barcelona) mi respuesta fue algo así como, chato
esto es peña la tierra donde todas las tonterías son posibles. El otro porque
es un puto reflejo de Camarón, pero sin la parte de la guitarra (también visito
Barcelona).
Cuando todos se van,
se queda Noa (no es un stalker, pero tiene mucha paciencia, ejem ejem). Este se
ofrece a llevarnos a casa de Nicola (a pesar del nombre es un hombre y muy
grande). La casa de este hombre esta a cinco minutos en coche.
Una vez en la casa
de este hombre, tomamos sitio, y la comida comienza a llover a mares. En ese
momento es cuando me di cuenta, la gastronomía italiana definitivamente se
compone de dos piezas clave pasta y en este caso Pizza y mucho, mucho, mucho
vino. La pizza es realmente buena, y Nicola (el hombre grande) hace una de las
mejores pizzas de toda la Toscana, o al menos de Barga (tuve ocasión de
confirmarlo). Cuando acabamos de cenar (aprendí a decir en sueco e italiano
esto lleno, pero solo recuerdo el sueco: "jag ä mätt" mis clases
funcionan :D, realmente el italiano no meinteresa). Justo nos antes de irnos Noa
se me acerca cuando Anna no está y me dice casi susurrando: Son diez euros por
cabeza. Esta parte es la que me hizo cambiar de idea con el título del día, lo
iba a llamar "hospitalidad italiana" (que en realidad van sobradísimos
de hospitalidad, de verdad), hasta que me hicieron pagar ( lo se es normal,
pero oye a parte de que soy un rata y catalán esto se avisa antes porque cogí
10€ de milagro).
Querría destacara
que durante la cena (todo genial) y aunque me cobraran y no fuera un
restaurante, la gente fue muy maja, sobretodo el clon de Camarón, y una chica
llamada Sofía.
Cuando salimos de
Nicola's house, (que por cierto nos invitaron el jueves al mojito's party, algo
que espero que mejoren porque el último que me tomé fue horrible) dejamos la
pizza party y nos dirigimos a casa de Noa (que conduce y nos lleva en su coche,
dato importante porque después nos deja colgados y nos encaloma con
Mattia).
Una vez en casa de
Noa tomamos una Guiness entre tres (Noa no bebe nunca, él lo dice pero en esa
ocasión ¡lo hizo! lógica italiana, supongo porque era la última). Cuando llega
mi tocayo Dani (muy majo él) nos invita a un café, (no se porque extraña razón
los residentes en Barga tienen mini cafeteras monodosis). Cuando le doy el
primer sorbo al agua negra que desprendía pequeñas cantidades de humo, toco el
cielo. Por fin (y de una vez por todas), pruebo un puto café bueno, últimamente
solo tomaba mierda negra y comenzaba a perder la fe en el café italiano.
Al terminar el café
Noa, Anna y yo dejamos a Dani en la casa (me alegro de marcharnos porque Noa,
que apenas le gusta ser el centro de atención, comenzó a narrar y recrearse con
sus fotos de perfil en facebook hasta los 15 año) y nos dirigimos a un
concierto. La verdad, no me gustaba como cantaba la chica, pero si la chica. La
banda que tocaba con ella tampoco era muy buena la verdad (un guitarra, un
pianista y un batería), a pesar de ello la gente gritaba: otra!, otra! y
otra.....! Lo que más me llamó la atención del concierto, es que estaba
Lorenzo, y ni se acercó a Anna, interesante, (sobretodo porque al día siguiente
aparecería por la casa).
Justo después de la
última canción abandonamos la plaza, caminamos por las antiguas calles echas de
rocas y piedras, el olor a pueblo alimenta nuestra visión de una antigua Italia
que saca el poeta que cada uno de nosotros lleva dentro. Una vez en la heladería,
se piden dos helados, concretamente el de Noa es inmenso y se le romperá el
cucurucho a mitad de camino, Anna ni si quiera se lo acaba, pero es que un minibol
de helado de pistacho, no es una buena elección. Yo tenia 2,10€ lo invertí todo
en casa de Nicola y quería destinar mi ultimo euro a una cerveza para
acompañar la noche.
Cuando llegamos a la
plaza/parque de siempre, compro mi cerveza de dos euros, Anna su vino, y por
una extraña razón el camarero (que supongo que iba bebido) me pone dos birras, obviamente,
me la quita aun más rápido que me la dio al decirle que no la quiero (sobretodo
porque no puedo pagarla).
Sentados
tranquilamente en los banco-mesas del parque donde está montado el tenderete,
compartimos nuestro tiempo y espacio con los amiguitos de Noa (digo amiguitos
porque creo que no llegan a los 18). Cuando Noa decide marcharse porque al día
siguiente trabaja, Mattia nos recoge. Juntos (los tres), disfrutamos de la
visión de juegos realmente peligrosos. Un grupo de amigos mete a un joven en
una hamaca, lo enrolla y lo da vueltas violentamente, lo peligroso es que puede
salir volando, y justo al lado tiene un pequeño muro donde podría estrellarse.
Cuando dejan el juego de la hamaca, montan unas cuerdas con un arnés, esta vez
levantan a uno de los chavales a pulso, pero sigue siendo peligroso porque lo
balancean y el árbol donde atan las cuerdas roza la cabeza del chaval en cada
vuelta.
Cuando tocan las 2,
Mattia nos lleva a casa, no tenemos palabras de agradecimiento para él que
tiene el título de stalker y no merecidamente. En la casa Anna y yo tomamos
unas cervezas (marca beck's estan realmente malas). Disfrutamos deel final de
una noche (cual película o cuadro de Van Gogh) a la luz de las estrellas, sin
duda una visión realmente increíble. Intenté sacar algunas fotos pero fue complicado.
Como anécdota diré que cuando atentábamos apagar todas las luces (para poder
sacar una buena foto) Anna toco el timbre (XD), por suerte Brooke duerme duerme
y vuelve a dormir. El frio después de una hora nos obliga a rezagarnos en
la casa. y compartimos los últimos momentos del día antes de ir a dormir. El
día a sido largo y mañana tenemos visita.
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