viernes, 15 de agosto de 2014

Día 24: Karaoke

La mañana amanecía nublada con precipitaciones intermitentes al igual que mi despertar. La primera vez que abrí los ojos era a las 5 de la mañana los perros estaban ladrando. La siguiente a las 7 el sol entraba por la ventan ( un sol igual de intermitente que la lluvia). A las 10 me despertaba Fede que salí de la habitación hablando con Brooke. Finalmente a las 11 decidía salir de la cama resignado frente a mi intento de dormir.

Para desayunar lo de siempre, aunque con un buen café Danielle había dormido con Anna y preparó (cuando se despertaron a las tantas) un buen café a la napolitana. Después de saborearlo se fue para casa, los demás debíamos comer y estábamos sin ideas, se barajaban las mismas opciones de siempre, pasta pizza o pasta otra vez, comenzaba a estar un poco cansado de comer siempre lo mismo. Anticipándome al problema decidí hacer una tortilla de patatas. A media tortilla y después de pelar las patatas nos dimos cuenta que faltaban huevos. Anna y Brooke cogieron el coche y rápidamente fueron a comprar.

Cuando volvieron y con huevos suficientes me puse manos a la obra, la primera tortilla salió bien, la segunda, llamarla tortilla sería demasiado. Por suerte ambas estaban deliciosas (obviamente, las había hecho yo).

Después de comer y saborear de nuevo el café jugamos un rato en la terraza con la recién llegada hijastra de Brooke. Ganó Anna la partida, una chica con suerte. Al terminar el juego de cartas nos comenzamos a preparar para ir a casa de Nicola (excepto los chicos de Taiwan  que no venían). Otra fiesta de la pizza para variar.

Al llegar no conté mucha gente, eramos de los primeros, al acabar la noche eramos como mucho 10, quizás porque era la fiesta del Karaoke. Nosotros eramos nuevos y no sabíamos en que consistía pero lo descubrimos, una misa cual acordeón sonaba de fondo sin letra (lo más horrible que he escuchado en mi vida), después cualquiera podía coger un de los 4 micros y ponerse a cantar, la cosa no mejoraba. Por suerte habían mojitos con cada tragó sonaba reptidamente de diferentes personas "bebe para olvidar", pero mojito era más bien un cóctel de azucar con ron. Lo más gracioso es que los servía en recipientes con tapas ( de esos que se usan para guardar monedas).

Durante la noche conocí gente nueva,un portugués llamado José que para variar era un poco borde. El tío parecía listo, hablaba castellano, ingles, portugués e italiano, pero dejó de serlo cuando me dijo que solo me hablaría en italiano porque estaba en Italia (intente no hablar más con él en toda la noche).

La gente iba llegando al igual que las pizzas de 4 quesos (la especialidad de la casa), rara vez probábamos una de otros sabores, creo recordar una con chorizo picante que voló, la variedad gusta. Entra canciones y canciones y a media cena llegó Mattia acompañado de una chica, se llamaba Charlotte, sorprendentemente hablaba inglés, italiano y francés. Por lo visto había un buen mix de culturas en su familia que le había permitido conocer diferentes lenguas.

Con el transcurso de la noche y lo vasos de vinos, a Brooke s ele metió la idea en la cabeza de que asaltara a la Carlotta (no he visto mujer más pesada), obviamente eso no sucedió. Lo que si sucedió fue el éxito de Anna.

Mientras yo merodeaba por la mesa, jugaba con el gato y en ocasiones hablaba con Charlotte, a la que no le faltaban ningún tipo de atenciones era a Anna. No es que esté celoso, pero no hay nada mejor que te inviten a copas y esté todo el mundo por ti (a quien no le gusta). Tuvo la ocasión de recibir una declaración de amor y varias canciones dedicadas, no esta mal para una noche tranquila.

Entre gatos, conversiones y servicios a Anna ,el karoke iba sonando, a penas se podía hablar, y el frío de la noche no mejoraba la velada. No llegaban las 12:30-1 y Anna se puso a cantar con Charlotte, sin duda se las veía muy cómodas cantaron como 20 canciones.

Cuando llegó la hora de marcharnos, acercamos (muy amablemente) a Mattia y Charlote a su casa, habían venido andando y vivían lejos, para ello Brooke decidió traerse a Gargamela ( ella no podía conducir y él estaba encantado). Es en este momento de la noche cuando cambiamos el coche normal por un 600 donde no paraba de salir gente y es que dentro del coche eramos 7 personas también estaba Fede).

Al llegar a casa sanos y salvos, es importante decirlo porque aun no he conocido a nadie que conduzca bien, decidí irme a dormir. Hacía un frió exagerado y la noche había sido muy larga, la cabeza me iba a estallar y el viaje en coche no era para recordar.

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