martes, 2 de septiembre de 2014

Día 1: Destino Irlanda-Limerick

El despertador sonaba a las 7 de la mañana, ultimaba los preparativos para el viaje que marcaria el fin de un verano, mi destino Irlanda. Mi (queridísimo) padre me llevaba por tercera vez al aeropuerto. Una vez allí y después de pasar el control de los mossos me despedí. Cuando llegué al mostrador donde debía facturar, me tope con el primer problema que para muchos sería un mal augurio, mi maleta pasaba 3Kg del peso acordado, podía pagarlos o llevar ropa en el equipaje de mano, obviamente no pagué.

Después de vaciar media maleta en mi mochila, me disponía a subir al avión, el vuelo sería casi de tres hora, y lo haría acompañado ni más ni menos que de un bebé, por suerte dormí (o dormimos) la mayor parte del viaje. Creo que fue más pesada la madre que el crio, la mujer no paraba de darme golpecitos con el codo.

Al llegar al aeropuerto de Dublín cogí un bus de otras 3 horas (casi 4) aquí el cansancio era demasiado como para pasar despierto todo el viaje. Antes de coger el bus me tope con otro problema creo que es el tercero, Timm el anfitrión, no me cogía el teléfono. Antes de subir al bus (20 euros de billete carísimo) y durante el viaje le llamé como 5 veces, por suerte contestó a mi último intento un mensaje, de hecho solo hablamos por sms (en plural) durante mi trayecto.

A mitad de camino, comenzó mi preocupación solo quedaba una hora para llegar a Limerick, y Timm nunca concretó como era la parada, solo dijo “Bus station”. Después de pasar millones de paradas de bus o estaciones llegamos a la última dentro de Limerick, allí estaba Timm, por suerte hice caso a mi instinto y no me bajé en las 10 últimas paradas dentro de la ciudad de Limerick.

Durante el trayecto en coche, hablamos de cosas banales: como es Irlanda, como es Cataluña, y bueno el referéndum (para variar). Cuando llegamos a la casa, me enseñó el baño, el comedor, la cocina, el huerto y mi habitación (no en ese orden) el resto de la casa es un misterio y hay 3 o 4 habitaciones más. Parece un hombre majo pero he de decir que no es de muchas palabras, lo último que me dijo es: -se cena a las 7-7:30-.

A la hora de cenar, algo ligerito ensalada con patatas, tenían un cierto sabor a tierra, esa noche pasé hambre. Después de cenar lavé los platos, Timm preparó un Té de menta (que tiene en su huerto) y visto y no visto se acabó el té y desapareció. En plena soledad decidí irme a dormir y cuando estaba casi listo oí voces, unos amigos de Timm, (creo que) habían venido a coger algo de fruta, yo salí a saludar para después irme a dormir.

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