lunes, 22 de septiembre de 2014

Día 19: Último día

El día comenzaba nuevamente a las 8:00, todo el mundo meditaba y yo disfrutaba de mi soledad desayunándo una naranja, quedaban dos más y algunas manzanas. Cuando bajaron de su tiempo de meditación Sarah se preparó un poco del potaje ese de pipas y arroz, lo mezcló con una manzana y se lo comió sin más. Mientras disfrutábamos de unos minutos de libertad, apareció Shivan con su perro, es un animalito muy majo, está mayor y le cuesta andar, pero se nota que es feliz y encima esta gordo, así que seguro que come mejor que nosotros.

La tarea se repartió cuando Glenda hizo su aparición, es como el sargento de la chaqueta metálica, Shivan parece muy disperso y le encanta hablar. A mi me toco barnizar toda una pared, lo más gracioso es que la cubría un gigantesco arbusto, con lo que no era tarea sencilla. A las 12:00 tuve que tomarme un descanso para preparar la comida.

Querían que les hiciera tortilla de patatas con all i oli, obviamente no pude decir que no. Cuando llegue a la cocina tenía todo preparado encima de la mesa, excepto el recipiente donde mezclar el all i oli, algo que tuve que improvisar, luego os digo con que. La comida la preparé yo solo, así que mientras pelaba patas freía unas otras y viceversa. Tardé como una hora y medía en prepararlo todo, pero la sartén era buena y no tuve problemas. Lo más interesante fue cuando tuve que hacer el all i oli, con una jarra de cerveza en lugar de recipiente puse cuatro ajos, la sal, el huevo y el aceite y listo para la turbomix. No quedó muy picante y su color era mas bien clarito, los ajos no funcionaron y eso que eché cuatro.

Cuando acabe con la comida era la hora de meditar, por fin recibía una invitación directa de Glenda que me explicó como hacerlo. Normalmente me enteraba siempre cuando estaban en plena faena, es difícil seguir una rutina cuando todos desaparecen sin decir nada, además duermen juntas (solo las tres chicas), pues es más complicado entrar en su circulo de actividades.

La meditación fue bien, interesante, algo diferente digno de experimentes. No utilizamos incienso ni música, solo silencio y unos cojines.

Al terminar la meditación, bajamos a disfrutar de la comida, todos menos Glenda que después de sacar una ensalada de verduras (otra vez) se dio cuenta de lo tarde que era y tuvo que salir corriendo a buscar a su hijo. Cuando volvió aun le quedaban 4 trozos de tortilla, sugerí dejarle uno a Shivan pero se negó, no se porque.

Durante su comida nos dijo que mañana no podría llevarnos con el coche a la estación de Galway, nuevamente esa hospitalidad que tanto echo en falta. Cuando terminamos las tortillas y nuestros respectivos tés, volvimos manos a la obra. Yo acabé el primero con mis labores, así que decidí escaquearme un buen rato haciendo que limpiaba la cocina, después fui en ayuda de las chicas.

Únicamente pulí ventanas durante un rato para que Sarah pudiera pintar, fue una jornada laboral larga de cojones, acabamos pasadas las 7. Poco antes de acabar nos llovió, no mucho, solo chispeaba, pero en 20 días es la primera vez que veía llover en Irlanda. Alguien me dijo alguna vez que solo hay una manera de conocer Irlanda y es cumpliendo tres objetivos, hablando con un irlandés, disfrutar de la lluvia y beber una Guinness y un café Irlandés. Bien ya las tenía todas, y podía volverme.

Para cenar, Glenda nos preparó un poco de cuscús, reconozco que estaba bueno pero prefería la cena de su hijo. El comió delante de las narices todos una hamburguesa. Una vez más veo el postureo de algunas personas, en este caso vegetarianos que cocinan carne para sus hijos, si es tan bueno comer verduras dáselas también a tu hijo y no solo a nosotros…Mi envidia no tenía limites en ese momento, al menos el cuscús estaba bueno.

Durante la cena, Glenda tuvo el detalle de enseñarnos la generosidad Irlandesa, compartió con nosotros dos botellas de vino y se ofreció a llevarnos a la estación, parecía que el viaje, al menos, acabaría bien.

La cena fue larga y la verdad yo estaba cansado, supongo que tanto meditar me había agotado, no creo que el hecho de pintar tuviera nada que ver.

Antes de irme a la cama apareció el hijo de Shivan, creo que es el hijo, el mismo que hizo las creps o que nos trajo la tele para ver aquella peli, el mismo que nos fue a buscar a la carretera, definitivamente es buen chaval. Quería ver otra peli con nosotros, pero tenía visita, unos invitados que se llevarían dos gatitos.

Cuando consiguió traer la tele y la visita se fue yo decidí irme a dormir, estaba hecho polvo y mañana me esperaba un largo viaje a Barcelona, la vuelta a casa con Wi-Fi ilimitado.

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