El día comenzaba nuevamente a las 8:00, todo el mundo meditaba y
yo disfrutaba de mi soledad desayunándo una naranja, quedaban dos más y algunas
manzanas. Cuando bajaron de su tiempo de meditación Sarah se preparó un poco
del potaje ese de pipas y arroz, lo mezcló con una manzana y se lo comió sin
más. Mientras disfrutábamos de unos minutos de libertad, apareció Shivan con su
perro, es un animalito muy majo, está mayor y le cuesta andar, pero se nota que
es feliz y encima esta gordo, así que seguro que come mejor que nosotros.
La tarea se repartió cuando Glenda hizo su aparición, es como el
sargento de la chaqueta metálica, Shivan parece muy disperso y le encanta
hablar. A mi me toco barnizar toda una pared, lo más gracioso es que la cubría
un gigantesco arbusto, con lo que no era tarea sencilla. A las 12:00 tuve que
tomarme un descanso para preparar la comida.
Querían que les hiciera tortilla de patatas con all i oli,
obviamente no pude decir que no. Cuando llegue a la cocina tenía todo preparado
encima de la mesa, excepto el recipiente donde mezclar el all i oli, algo que
tuve que improvisar, luego os digo con que. La comida la preparé yo solo, así
que mientras pelaba patas freía unas otras y viceversa. Tardé como una hora y
medía en prepararlo todo, pero la sartén era buena y no tuve problemas. Lo más
interesante fue cuando tuve que hacer el all i oli, con una jarra de cerveza en
lugar de recipiente puse cuatro ajos, la sal, el huevo y el aceite y listo para
la turbomix. No quedó muy picante y su color era mas bien clarito, los ajos no funcionaron
y eso que eché cuatro.
Cuando acabe con la comida era la hora de meditar, por fin recibía
una invitación directa de Glenda que me explicó como hacerlo. Normalmente me
enteraba siempre cuando estaban en plena faena, es difícil seguir una rutina
cuando todos desaparecen sin decir nada, además duermen juntas (solo las tres
chicas), pues es más complicado entrar en su circulo de actividades.
La meditación fue bien, interesante, algo diferente digno de
experimentes. No utilizamos incienso ni música, solo silencio y unos cojines.
Al terminar la meditación, bajamos a disfrutar de la comida, todos
menos Glenda que después de sacar una ensalada de verduras (otra vez) se dio
cuenta de lo tarde que era y tuvo que salir corriendo a buscar a su hijo.
Cuando volvió aun le quedaban 4 trozos de tortilla, sugerí dejarle uno a Shivan
pero se negó, no se porque.
Durante su comida nos dijo que mañana no podría llevarnos con el
coche a la estación de Galway, nuevamente esa hospitalidad que tanto echo en
falta. Cuando terminamos las tortillas y nuestros respectivos tés, volvimos
manos a la obra. Yo acabé el primero con mis labores, así que decidí
escaquearme un buen rato haciendo que limpiaba la cocina, después fui en ayuda
de las chicas.
Únicamente pulí ventanas durante un rato para que Sarah pudiera
pintar, fue una jornada laboral larga de cojones, acabamos pasadas las 7. Poco
antes de acabar nos llovió, no mucho, solo chispeaba, pero en 20 días es la
primera vez que veía llover en Irlanda. Alguien me dijo alguna vez que solo hay
una manera de conocer Irlanda y es cumpliendo tres objetivos, hablando con un
irlandés, disfrutar de la lluvia y beber una Guinness y un café Irlandés. Bien
ya las tenía todas, y podía volverme.
Para cenar, Glenda nos preparó un poco de cuscús, reconozco que
estaba bueno pero prefería la cena de su hijo. El comió delante de las narices
todos una hamburguesa. Una vez más veo el postureo de algunas personas, en este
caso vegetarianos que cocinan carne para sus hijos, si es tan bueno comer
verduras dáselas también a tu hijo y no solo a nosotros…Mi envidia no tenía
limites en ese momento, al menos el cuscús estaba bueno.
Durante la cena, Glenda tuvo el detalle de enseñarnos la
generosidad Irlandesa, compartió con nosotros dos botellas de vino y se ofreció
a llevarnos a la estación, parecía que el viaje, al menos, acabaría bien.
La cena fue larga y la verdad yo estaba cansado, supongo que tanto
meditar me había agotado, no creo que el hecho de pintar tuviera nada que ver.
Antes de irme a la cama apareció el hijo de Shivan, creo que es el
hijo, el mismo que hizo las creps o que nos trajo la tele para ver aquella
peli, el mismo que nos fue a buscar a la carretera, definitivamente es buen
chaval. Quería ver otra peli con nosotros, pero tenía visita, unos invitados
que se llevarían dos gatitos.
Cuando consiguió traer la tele y la visita se fue yo decidí irme a
dormir, estaba hecho polvo y mañana me esperaba un largo viaje a Barcelona, la
vuelta a casa con Wi-Fi ilimitado.
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