miércoles, 3 de septiembre de 2014

Día 3: El hombre invisible


A las 8:30 de la mañana salía de la habitación, Timm ya rondaba por el comedor, nos dábamos los buenos días y cada uno desayunaba por su cuenta, él desayuno moras en el jardín yo leche en la cocina. Hasta las 9:30 casi no hablamos, fue entonces cuando terminé de desayunar y me explicó que debía hacer en el huerto, únicamente recoger judías.

Durante este laborioso proceso, tuve el error de coger unas judías que estaban verdes, esto no le gustó nada y se enfadó, lo pude ver en su cara. Después de cometer este error me volvió a explicar como eran las judías que debía coger, no la volví a cagar. Después de recoger las judías me enseñó a pelarlas, no era difícil. Durante dicha tarea él solo aparecía puntualmente, si estuve tres horas o cuatro pelando y recogiendo judías lo vi dos veces.

Cuando terminé con las Judías era la hora de comer, pero Timm necesitaba más, así que mientras él preparaba algo para llevarnos a la boca recogí las restantes (que me había dejado).

Para comer hizo sopa, maldigo el momento en el que me dejé el embutido en casa. La sopa estaba sosa y aguada, era una mix de verduras, lo hizo con toda su buena voluntad, lo se, pero no me gustaba.

Cuando acabamos de comer desapareció, como es costumbre después del té, yo decidí ponerme con el portátil. Cuando pasó en una de esas ocasiones por la cocina le pregunté si necesitaba mi ayuda, me dijo que si y mantuvimos una larga conversación sobre porque no me había dicho nada, por lo visto si lo había hecho pero no le había entendido o escuchado, tampoco se molestó en repetirlo, parecía bastante molesto y remarco el problema que tenemos de comunicación, sinceramente no trabaja para solucionarlo.

Durante la tarde y después de pedirle disculpas por no entenderle corté más judías y arranque malas hierbas, al acabar sobre las 19 y tras intercambiar más de una palabra cenamos. Teníamos una patata de esas al “caliu” un mini trozo de pescado y más ensalada. Lamento el doble haberme olvidado el embutido.

Después de cenar recogí la mesa y lavé los platos, él como es costumbre desapareció, he decidido llamarlo el hombre invisible. Después de lavar los platos decidí ir a buscarlo para ver que hacía con la excusa de preguntarle donde podía guardar una sartén, estaba en una habitación desconocida para mi conectado al Facebook (recuerdo que no conozco la casa, no me la ha enseñado).

La tarde la pasé en soledad hablando por teléfono, cuando llegó el momento decidí pegarme una ducha, al salir del baño Timm estaba viendo la tele con la puerta cerrada del comedor (podía oír como hacía zapping). Dicho comedor es paso obligatorio para ir a la cocina, así que decidí lanzarme a la aventura, hacer que voy a apagar el calentador y de paso hablar con él. Mi plan salió a la perfección hablé cuatro palabras y media con él, lo malo es que decidió marcharse dejándome solo con la tele. Vi un trozo de una peli americana donde dos policías se infiltran en un cole y me fui a dormir.

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