jueves, 4 de septiembre de 2014

Día 4: de las habas a la mierda

Sonaba el despertador, eran las 8, lo apago. Vuelve a sonar, las 8:30, vale me levanto. Me dirijo a la cocina para preparar mi típico desayuno de la semana, leche con cereales y unas tostadas con mermelada. Mientras acabo de desayunar Timm aparece sobre las 9:00 y da los buenos días.

A las 9:15 comenzaba lo que se auguraba como una mañana de mierda. Mi primer trabajo consistía en continuar lo del día anterior, recoger habas, cortar de raíz la planta y después pelarla, hasta aquí ningún problema, él no daba señales de vida, estaba en l ordenador.

Cuando terminé mi primera faena, serían las 11, entonces fui a rescatarlo de su droga facebookera, y me enseñó lo que sería parte de mi particular infierno. Fuimos al final del jardín, es allí donde guarda toda la mierda, es decir la hierba y vegetales en descomposición. Detrás de esto había tierra, barro, ramas y cartón, bien pues me dijo que debía sacar el cartón de debajo de las ramas y toda la mierda para hacer una pila justo al lado (no me dio explciaciones) y los demás residuos desplazarlos unos metros para atrás.

Comencé el trabajo y obviamente el desapareció. Hasta la fecha era el peor trabajo que había tenido que hacer en todo el verano (y en los últimos años creo). Era lento, olía mal y seguramente estaría bien pagado en muchos lugares del mundo. A media mañana tenía medio camino hecho cuando llegó para limitarse a dar instrucciones, con el fin de no propinarle un palazo o mandarlo a la mierda decidí ir a tomarme un respiro y un vaso de agua mi humor no estaba precisamente para tirar cohetes. Al volver después de 5 minutos, tuvo el morro de decirme que debía seguir haciéndolo a su manera, porque era mejor y más rápida. Obviamente no había tenido tiempo de hacer nada en mi break, todo el trabajo era mío, sin embargo no dudó en atribuirse méritos, para colmo me dijo que el trabajo duro esta solo en la mente de cada uno, bien. Estuve trabajando hasta las dos, cuando decidió llamarme para comer.

Esta vez teníamos unas habas, que yo había recogido, patatas y un poco de ensalada. La comida no es ninguna maravilla encima hay poca, el tío no se estira mucho. Vamos que si yo cobro con la comida y la habitación que el me deja, podríamos decir que no cobro una mierda.

Después de comer y saborear hasta el último bocado (estaba muerto de hambre) me dijo que el se tenía que ir a un meeting el lunes, en Dublín. Ni si quiera le pregunte de que era el meeting, mi enfado era tan grande que me daba igual, pero si le pregunte si le podía acompañar quiero visitar Dublín. Me comenzó a poner pegas, es que voy en tren y sale a las 5 de la mañana, voy a estar todo el día. Mi respuesta fue: ok. Me quedaré en casa ya me escaparé otro día. Lo que no se es como lo haré para comer, esconde la comida en otra nevera a la cual no tengo acceso porque no se donde está. La nevera de la que puedo disfrutar solo tiene leche, mantequilla y poco más.

La tarde después de comer la pasé en solitario, más que nada porque se encerró en la habitación y no lo vi hasta la noche, está enganchado a Facebook. O eso o no le debo caer muy bien o quizás hago algo muy mal, porque en los comentario que leí antes de venir aquí decían que el trabajo era bueno, fácil, la comida aun mejor y que él era un tío abierto simpático y muy hablador, todo lo contrario vaya. Como iba diciendo en mi soledad decidí explorar, la casa tiene un comedor, una cocina, garaje, y 6 habitaciones. Una habitación es la mía, otra la del ordenador, la suya, dos más que están cerradas con llave, y la última que está al fondo del pasillo y es una pedazo habitación de matrimonio (obviamente esta libre). La mía es la peor con una cama de mierda.

Después de cotillear y ducharme con el fin de abrirme a él decidí trabajar con mi ordenador en la mesa de la cocina. Para él solo fue un lugar de paso, me veía, me miraba y pasaba de largo. Creo que lo más interesante antes de cenar fue un tío que no había visto en mi vida cortando el césped.

Cuando llegó el momento de cenar comenzó a preparar toda la comida, bueno la ensalada (otra vez, ahora hecho de menos la pasta). Durante el proceso no dijo nada, creo que ni me miró, yo tomé la iniciativa y puse la mesa en el jardín. Cuando él salía con los platos no dijo nada, por un momento pensé que cenaría solo, aun así aguante para ver que hacía, efectivamente, volvió y  me avisó. Antes de empezar la cena (recordar mi salario) sonó su teléfono, amablemente esperé a que finalizara su conversación para cenar.

La ensalada tenía queso, olivas, lechuga, nueces, tomates cherry, pepino, y patatas (creo que no me dejo nada). Tenia más variedad la ensalada (que no era mucha) que nuestra conversación de ascensor, hablamos del tiempo, y porque saqué yo la conversación.

Al terminar la cena y después de limpiar los platos desapareció nuevamente. Yo me quedé un rato en la cocina por si quería conocerme o hablar,  pero eso no sucedió.

Al marcharme a mi habitación frustrado en el intento, salió y se puso a ver la tele, definitivamente me está esquivando estoy convencido de ello.

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